Por Santiago Parodi-.
En los ùltimos dìas los medios de comunicaciòn han saturado sus espacios con noticias de hechos de violencia fìsica cometida por grupos de personas contra sujetos que habìan realizado, de acuerdo con la ley penal, distintos ilicitos contra la propiedad. La glorificaciòn de la acciòn directa contra el "crimen" se da en el marco de un fuerte debate sobre el anteproyecto de reforma al Còdigo Penal, encontràndose a la cabeza la oposiciòn patronal al gobierno, atribuyendole un falso caracter garantista a dicho proyecto.
Empero es dable señalar que, ni el gobierno ni la oposiciòn patronal difieren en la esencia del poder punitivo: el control y la represiòn sobre sectores oprimidos de la sociedad. Los cantos de sirena del Kirchnerismo contra los linchamientos caen en el absurdo cuando vemos de manera harto frecuente como militarizan rutas, autopistas y avenidas contra los trabajadores que luchan legitimamente en defensa de sus derechos.
En un contexto como el actual donde la crisis econòmica profundiza atando de pies y manos al gobierno y donde el empresariado quiere mantener sus ganancias millonarias a expensas del hambre de los trabajadores, es crucial desenmascarar la verdadera razòn de esta cruzada: disciplinar a los explotados. Es asì que, pronosticando un escenario de mayor conflictividad entre las clases, la oposiciòn patronal y el gobierno se preparan para evitar la organizaciòn obrera y popular que revalse los lìmites permitidos del juego de la democracia obrera. En estos dìas son linchamientos contra jòvenes que cometen delitos contra la propiedad: en un perìodo de tiempo no muy lejano podrìan transformarse en grupos reaccionarios de choque contra la lucha obrera y popular.